November 9, 2013December 22, 2017 La Petite Morte La Petite Morte – David García Casado, 2001 Dice Bataille en una de las frases que encuentro más hermosas, cuando se refiere a la muerte: “Sólo podemos juntos y en común sentir el vértigo de este abismo. Puede fascinarnos.” La muerte como evidencia de lo discontínuo del ser. Discontínuo, en última instancia, de su propia consciencia. Al igual que esos pedazos de nuestro cuerpo, segregados o cortados. Una máquina de corte, apunta Deleuze cuyo primordial acto es la disociación, una observación exterior que produce abismo, la tremenda distancia que separa lo sensible de lo objetual. Tan sólo podemos sentir juntos y en común ese vértigo que articula lo real, que lo retiene disponiéndolo en medidas y a la vez su tentación: una llamada del abismo que es recuerdo de la unidad pérdida, un eco que refiere a esa pérdida y que sólo la muerte puede acallar, para silenciar finalmente la demanda de continuidad del ser. He aquí pues lo erótico como impulso de muerte, como instante de “petite morte” que, si bien no resuelve la discontinuidad, permite un desliz del ser que provoque ese lapso de consciencia -espacio de fisicidad radical en despliegue. Probablemente un espacio de silencio mutuo convocado por estricta necesidad, por una experiencia cuyo sentido no es asignable sino que se disipa pues la lectura ya no persigue fin sino deriva, delirio, balbuceo o gemido. El texto ha desaparecido para convertirse en imagen sensible. Un balanceo en el abismo que impide la caida en lo real puro o en lo imaginario puro Aleph-arts.org Arte batailleerosmuertenet art